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Decisiones de Hoy, Futuro de Mañana: Construyendo Organizaciones Sostenibles y Humanas

  • Foto del escritor: Karina Ruilova
    Karina Ruilova
  • 15 sept
  • 3 Min. de lectura

Recientemente leí el artículo “¿De qué manera tus decisiones de hoy darán forma al futuro de las generaciones futuras?” de EY Global, y no pude evitar preguntarme cómo nuestras acciones actuales impactan directamente en la fuerza laboral de mañana. La Generación Z ya está en nuestras organizaciones, y la Generación Alfa viene detrás. Reflexionar sobre esto no es solo un ejercicio académico: es un llamado a la acción para líderes y equipos que queremos construir empresas sostenibles, humanas y resilientes. Les comparto mis aprendizajes:


  • En el día a día de un CEO, la presión por cumplir resultados es constante, y al mismo tiempo, se espera que promueva diversidad e inclusión. No es sencillo equilibrar la rapidez en la toma de decisiones con el tiempo necesario para integrar distintas voces. Una forma de abordarlo es incluir la diversidad y la inclusión directamente en los KPIs de los proyectos: así no se convierten en un “extra” sino en parte del motor del negocio. Cada decisión estratégica puede evaluarse preguntando: “¿Esta acción impulsa resultados y refleja nuestro compromiso con DEI?”

  • Al mismo tiempo, los cambios internos siempre generan resistencia. Algunos colaboradores senior pueden sentirse incómodos frente a nuevas formas de trabajar o estilos distintos, mientras que las generaciones más jóvenes buscan innovación y flexibilidad. Crear espacios de diálogo, donde todos puedan expresar expectativas y miedos, y empezar con pilotos de cambio antes de escalar, ayuda a que todos se sientan parte de la transformación sin perder seguridad ni confianza.

  • Otro desafío cotidiano es la comunicación entre generaciones. Los jóvenes esperan feedback inmediato y usan canales ágiles, mientras que los colaboradores con más experiencia priorizan jerarquía y formalidad. Establecer canales claros adaptados a distintos estilos y capacitar líderes en “puentes generacionales” permite traducir mensajes y expectativas entre grupos distintos, evitando malentendidos y desconexión.

  • Cada decisión que tomamos, desde quién lidera un proyecto hasta cómo asignamos recursos, tiene un impacto humano real. Evaluar estas decisiones considerando el desarrollo profesional y la motivación de los equipos asegura que el negocio no solo funcione, sino que las personas crezcan con él. Implementar un feedback loop donde los equipos expresen cómo perciben los cambios ayuda a ajustar el rumbo en tiempo real.

  • Habilidades y autonomía como inversión a largo plazo. Preparar a la fuerza laboral para un mundo impulsado por IA y tecnologías emergentes no es un lujo, es una necesidad. Permitir que todos los colaboradores desarrollen habilidades de manera autodirigida, incluso si están en distintos niveles, fortalece la capacidad de adaptación de la organización y la confianza en el liderazgo.

  • Finalmente, medir impacto no puede reducirse a indicadores financieros. Es clave incorporar métricas de bienestar y compromiso en los reportes de gestión. Revisar estas métricas junto con los KPIs financieros permite tomar decisiones equilibradas, donde los resultados y las personas avanzan de la mano.


Reflexionando sobre esto, me doy cuenta de que cada decisión que tomamos hoy, desde cómo diseñamos un flujo de trabajo hasta cómo interactuamos con nuestros equipos, tiene consecuencias que van más allá del corto plazo. No es solo preparar a la Generación Z para un empleo: es diseñar un futuro sostenible y equitativo para todos. 


¿Qué decisiones estás tomando hoy que realmente impactarán el futuro de tu organización y de quienes la conformarán mañana?


 
 
 

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