La clave para una capacitación de DEI efectiva. Más allá de las charlas genéricas
- Karina Ruilova

- 1 oct
- 2 Min. de lectura
Como CEO de una consultora de diversidad, equidad e inclusión, cuando me contactan para una charla, siempre les digo algo clave: no existen charlas genéricas que funcionen para todos. Por eso, antes de diseñar cualquier intervención, necesito conocer bien la organización.
Existen empresas que saben perfectamente dónde están, manejan una estrategia firme y tienen claro lo que buscan lograr a través de la capacitación. Pero también hay organizaciones que necesitan ayuda para definir su panorama y estructurar un plan real. Algunas veces, la respuesta de la empresa es incierta: no saben exactamente dónde están, no tienen una estrategia clara o solo tienen en mente el tema que quieren abordar sin seguridad sobre los resultados que esperan.
Hace poco leí el artículo “Esta es la razón por la que la mayoría de los programas de capacitación en el trabajo fracasan” de Fast Company México , por Alexis Zahner, Scott J. Allen y Martin Gutmann, me hizo reflexionar. Confirma algo que veo constantemente, muchas empresas invierten en talleres de DEI sin asegurar un impacto real. Con un enfoque y una estrategia claros, este riesgo se puede evitar. Les comparto algunas ideas clave que pueden servir de guía:
Conectar capacitación con objetivos claros y medibles: Antes de lanzar un taller, es fundamental definir qué se quiere lograr. Por ejemplo, en una capacitación de DEI, el objetivo puede ser que los participantes no solo conozcan los conceptos, sino que también puedan aplicarlos a su día a día o tengan herramientas para resolver casos reales.
Personalizar y acompañar: Cada organización tiene su propio contexto. Copiar un taller de otra compañía rara vez funciona. Por eso, es importante realizar entrevistas y revisar diagnósticos internos cuando sea necesario, para asegurar que el contenido se ajuste a la cultura y las necesidades específicas de cada equipo.
Medir el impacto y ajustar: Después de cada capacitación, es esencial recolectar feedback más allá de la satisfacción general. Conocer qué más quieren aprender los colaboradores, qué dudas o ejemplos no se atrevieron a compartir, y qué necesitan reforzar, permite garantizar que la inversión genere resultados tangibles como mayor compromiso, rendimiento y retención de talento.
Liderazgo como ejemplo: El liderazgo se vive y se observa. Un taller funciona si los líderes participan activamente, muestran los comportamientos esperados y refuerzan la cultura que queremos construir. También es valioso realizar espacios de escucha activa con directivos y colaboradores, abordando dudas, miedos o incomodidades. Esto ayuda a personalizar aún más cada charla o taller y a generar un impacto real en la organización.
La capacitación no es un gasto; cuando se hace de manera estratégica y continua, se convierte en una inversión en cultura y resultados. Si me preguntan cuál es la clave para lograr cambios reales y sostenibles, diría que es trabajar con honestidad, medir el impacto y alinear cada acción con los objetivos estratégicos de la empresa.
¿Cómo estás asegurando que tus programas de capacitación en DEI realmente transformen la cultura y los resultados de tu organización? 💬








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