Bienestar mental en el trabajo: un desafío que los líderes podemos transformar
- Karina Ruilova

- 8 oct
- 2 Min. de lectura
Hace unas semanas, mientras conversaba con un grupo de líderes de diferentes empresas, me di cuenta de que muchos sentimos una presión silenciosa “debo asegurarme de que mi equipo esté bien emocionalmente”. Esta sensación es natural, pero la salud mental de nuestros colaboradores no depende únicamente de nosotros. Leyendo el artículo “HBR’s Best Practices for Supporting Employee Mental Health” por Holly Bauer (Harvard Business Review), reflexioné sobre cómo los líderes pueden crear un entorno de apoyo real, humano y sostenible, que impulse tanto el bienestar de los equipos como la productividad de la empresa. Les comparto mis aprendizajes:
Diseñar espacios seguros y respetuosos: Crear condiciones donde los colaboradores puedan expresarse, desconectarse y organizar sus tiempos dentro de lo posible, sin sentirse juzgados. Por ejemplo, establecer horas de “no reuniones” durante el almuerzo o finales de jornada, permitir que los colaboradores ajusten sus horarios de inicio y cierre dentro de lo razonable, o usar canales de comunicación internos para notificar disponibilidad sin presión de respuesta inmediata.
Escucha empática y observación de necesidades: No se trata solo de escuchar por escuchar, sino de comprender qué desafíos enfrentan nuestros colaboradores y cómo afectan su equilibrio entre vida laboral y personal. Por ejemplo, si un colaborador comparte que cuidar a un familiar le genera estrés, se puede ajustar temporalmente su carga de trabajo o flexibilizar sus entregas, mostrando que la empresa entiende y se adapta a situaciones reales sin comprometer la operación.
Liderar con ejemplo y autenticidad: Hablar de nuestros propios desafíos y vulnerabilidades no debilita al líder, sino que humaniza la relación con el equipo, reduce estigmas y fomenta la confianza. Por ejemplo, un gerente puede contar cómo también enfrenta días de alta presión, o cómo organiza su tiempo para equilibrar trabajo y familia, mostrando que es normal tener altibajos y que la resiliencia se construye juntos.
Programas y prácticas inclusivas: Las iniciativas de bienestar funcionan mejor cuando consideran la diversidad de experiencias y generaciones. Por ejemplo, ofrecer talleres de manejo de estrés que incluyan dinámicas distintas para diferentes edades, compartir historias de empleados que hayan superado desafíos de salud mental, o crear un comité interno de bienestar que recoja ideas y necesidades reales del equipo.
El bienestar mental no es una tarea exclusiva de los líderes, pero sí está en nuestras manos generar un entorno que respete, apoye y motive a nuestros colaboradores. ¿Qué cambios podrías implementar en tu empresa hoy para fortalecer la salud mental de tu equipo y generar un impacto real en su productividad y compromiso?








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